


Entre los profanos con cierta pátina cultural Pietro Mascagni es recordado por CAVALLERIA RUSTICANA (1890), casi siempre por su sublime intermezzo sinfónico y a lo sumo por alguna pagina scelta presente en las películas de Coppola o Scorsese.
CAVALLERIA RUSTICANA
Melodramma en 1 acto.
Libretto: G. Targioni-Tozzetti y G. Menesci a partir de la obra homónima de G. Verga.
CAVALLERIA RUSTICANA
Melodramma en 1 acto.
Libretto: G. Targioni-Tozzetti y G. Menesci a partir de la obra homónima de G. Verga.
Santuzza: Maria Callas
Turiddu: Giuseppe Di Stefano
Alfio: Rolando Panerai
Mamma Lucia: Ebe Ticozzi
Lola: Anna Maria Canali
Orchestra: Orchestra Teatro alla Scala
Chorus: Coro Teatro alla Scala
Chorus Master: Vittore Veneziani
Conductor: Tullio Serafin
Place: Basilica di Santa Eufemia, Milano
Place: Basilica di Santa Eufemia, Milano
Date: June 16-25, August 3-4, 1953
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Pero el italinissimo genio Pietro Mascagni (1863-1945) es eso y mucho más. Odiado o ignorado por la mayoría, en ocasiones, puede llegar a desatar pasiones sinceras, como las que desató en vida, (solo hace falta echar un vistazo a sus imágenes) y no solo por su música.
Aquí me gustaría contaros algo de su amada inmortal, Anna lolli, corista de bellísima voz y figura fascinante “Los labios un poco carnosos, sensuales, que invitaban a besarlos. Grandes ojos verdes, estupendos, profundos como no he visto en mi vida” escribía de ella el Maestro asistente de Mascagni, Luigi Ricci, cuando revelaba en 1976 una historia de amor que solo la familia y los amigos más íntimos de Pietro conocían.
En una tarjeta de Mascagni se lee: “A mí adorada Anuccia, cuyos divinos ojos apenas abiertos a la luz, me dieron las notas apasionantes de Cavalleria Rusticana. Cerignola, Bagnara. 10 de sepetiembre de 1988. Roma 10 de mayo de 1890. Roma 17 de mayo de 1930”. El propio Mascagni nos aclarara la dedicatoria en una carta: El 10 de septiembre de 1988 Mascagni comenzó a componer CAVALLERIA RUSTICANA en la pequeña ciudad del adriático Cerignola, cuando se le aparecieron a través de la ventana dos grandes ojos verdes que le miraban, (¿Habría leído Mascagni a Becquer?). Esa misma noche, a cientos de kilómetros nacía en Bagnara di romagna, un pueblecito de la Emilia Romagna, Anna Lolli. Mascagni asegura también que cuando en 1910 vio por primera vez a Anna, en un ensayo, reconoció esos ojos.
Pero para comprender determinantemente esta historia debemos retroceder 25 años atrás, cuando el joven Pierino escapa de los rigores del conservatorio de Milán para unirse como director de orquesta a una compañía itinerante de opereta, en la que cantaba Giuseppina Acconci, su primer y tierno amor. Entre representación y representación, encontraba también tiempo para componer la opera GUGLIELMO RATCLIFF, (solamente estrenada en 1895) directamente del texto de Henrich Heine, que el consideraba la opera favorita de entre las suyas. Pero cuando Mascagni pidió matrimonio a Giuseppina se vió decir por esta que le fuese a ver cuando tuviese una posición estable, respetable y seria. Consecuentemente, llega la ruptura y Pietro cae en una profunda depresión. En Parma, conoce a Lina Carbonari, que le cuida y asiste en su cuartucho de pensión, hasta hacerle sanar y con la que enseguida se casa. Donna Lina estará cerca del Maestro hasta la muerte de este y le dará tres hijos.
GUGLIELMO RATCLIFF
Tragedia Lirica en 4 actos de H. Heine en la versión rítmica italiana de A. Maffei
Guglielmo Ratcliff: Lando Bartolini
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Pero el italinissimo genio Pietro Mascagni (1863-1945) es eso y mucho más. Odiado o ignorado por la mayoría, en ocasiones, puede llegar a desatar pasiones sinceras, como las que desató en vida, (solo hace falta echar un vistazo a sus imágenes) y no solo por su música.
Aquí me gustaría contaros algo de su amada inmortal, Anna lolli, corista de bellísima voz y figura fascinante “Los labios un poco carnosos, sensuales, que invitaban a besarlos. Grandes ojos verdes, estupendos, profundos como no he visto en mi vida” escribía de ella el Maestro asistente de Mascagni, Luigi Ricci, cuando revelaba en 1976 una historia de amor que solo la familia y los amigos más íntimos de Pietro conocían.
En una tarjeta de Mascagni se lee: “A mí adorada Anuccia, cuyos divinos ojos apenas abiertos a la luz, me dieron las notas apasionantes de Cavalleria Rusticana. Cerignola, Bagnara. 10 de sepetiembre de 1988. Roma 10 de mayo de 1890. Roma 17 de mayo de 1930”. El propio Mascagni nos aclarara la dedicatoria en una carta: El 10 de septiembre de 1988 Mascagni comenzó a componer CAVALLERIA RUSTICANA en la pequeña ciudad del adriático Cerignola, cuando se le aparecieron a través de la ventana dos grandes ojos verdes que le miraban, (¿Habría leído Mascagni a Becquer?). Esa misma noche, a cientos de kilómetros nacía en Bagnara di romagna, un pueblecito de la Emilia Romagna, Anna Lolli. Mascagni asegura también que cuando en 1910 vio por primera vez a Anna, en un ensayo, reconoció esos ojos.
Pero para comprender determinantemente esta historia debemos retroceder 25 años atrás, cuando el joven Pierino escapa de los rigores del conservatorio de Milán para unirse como director de orquesta a una compañía itinerante de opereta, en la que cantaba Giuseppina Acconci, su primer y tierno amor. Entre representación y representación, encontraba también tiempo para componer la opera GUGLIELMO RATCLIFF, (solamente estrenada en 1895) directamente del texto de Henrich Heine, que el consideraba la opera favorita de entre las suyas. Pero cuando Mascagni pidió matrimonio a Giuseppina se vió decir por esta que le fuese a ver cuando tuviese una posición estable, respetable y seria. Consecuentemente, llega la ruptura y Pietro cae en una profunda depresión. En Parma, conoce a Lina Carbonari, que le cuida y asiste en su cuartucho de pensión, hasta hacerle sanar y con la que enseguida se casa. Donna Lina estará cerca del Maestro hasta la muerte de este y le dará tres hijos.
GUGLIELMO RATCLIFF
Tragedia Lirica en 4 actos de H. Heine en la versión rítmica italiana de A. Maffei
Guglielmo Ratcliff: Lando Bartolini
MacGregor: Philip Cokorinos
Maria: Carol Ann Manzi
Douglas: Brian Davis
Margherita: Eugenie Grunewald
Tom: Lawrence Long
Willie: Anna Tonna
CoryOrchestra: Teatro Grattacielo Orchestra
Chorus: Cantori New York Chorus
Chorus Master: Mark Shapiro
Conductor: Alfredo Silipigni
Alice Tully Hall, New York CityNovember 25, 2003-
Alice Tully Hall, New York CityNovember 25, 2003-
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El primer encuentro íntimo entre el entonces famoso compositor y la joven corista se recoge en una carta de él, fechada en Roma el 4 de Abril de 1910. Ella tenía 22 años mientras él 46. Si se ven las fotos de la época Pietro Mascagni conservaba su estupenda figura, su rostro masculino de facciones perfectas y sus ojos claros y expresivos, velados por cierto fulgor, “como el de las estrellas en una noche de verano”. En esa época el maestro atravesaba una crisis creativa, mientras trataba de escribir la ópera ISABEAU, (1911) inspirada en la leyenda de Lady Godiva, (se note que, en esta ópera el personaje del joven Folco se obsesiona con los ojos de la Princesa Isabeau, que cree haber visto en sueños y que al final, los suyos propios serán apagados por el pueblo furioso, tras haber contemplado los “misteri biondi” de la princesa durante la cabalgara de ella por la ciudad. Al verlo linchado, Isabeau se arroja a la maraña humana para ser herida de muerte. “fiori e tuoi occhi e tutto anche la vita. Amore, amore, amore”, cantan los dos amantes reunidos antes de morir). Tras el encuentro con Anna, Mascagni escribe casi toda la música de la nueva ópera en unas semanas pasadas junto a ella, a quien dedicará la partitura, (“A ti, Annuccia mia, ofrezco esta música inspirada de los ojos más profundos, nacida con nuestro amor divino, en el día que marca nuestro primer beso, nuestro primer llanto”).
Parece que Pietro Mascagni y Anna Lolli vivieron más de cartas que de cama. En los 35 años que van desde que se conocieron hasta la muerte de Mascagni se escribieron más de 5000 cartas. Estas se encuentran a disposición de los estudiosos del Maestro en un pequeño museo creado por el Párroco de Bagnara di Romagna, que presente además todos los recuerdos de Mascagni recogidos por ella en vida. Las mascagnianas suelen comenzar con la misiva “annuccia mia”, rodeada de los adjetivos más poéticos y las de ella “Amore mio santo”
Releyendo algunas de estas somos testigos de las “actividades culturales” de Mascagni, pero también sus obsesiones, exasperaciones efusivas sentimentales, que pueden resultar sublimes durante los estados creativos del Maestro, emocionantes durante los periodos de alejamiento, o adquirir tonos propios del género patético-cómico en los naturales momentos de crisis, (amenazas de desaparecer y la sombra de los celos en las de ella, ardientes frases y golpes de efecto propios de sus óperas en las respuestas de él, (a menudo se servía de los libretos de estas para expresarse). Parece ser que ella, consciente de vivir una relación difícil, intentó un par de veces de alejarse de Mascagni, incluso con el suicidio, saliendo siempre reforzada la relación, hasta estabilizarse definitivamente durante la Gran Guerra.
Desde entonces, Mascagni tuvo dos familias, cada una de las cuales sabía de la existencia de la otra. Pietro Mascagni, respetable figura pública, no quiso nunca separarse de su familia aunque no oculto su amor por Anna e incluso tuvo la complicidad de Emy, su hija, con la que Anna tuvo estrechos y largos periodos de contacto.
Donna Lina, que proclamaba orgullosa que solo ella lavaba la ropa interior de su marido, hizo todo lo posible para separarlos, sin conseguirlo hasta que, conociendo bien las debilidades de Pietro, (siempre habría de haber otra mujer), aceptó ser un vértice en el triángulo sentimental. Parece ser que las dos mujeres se encontraron una vez en 1921, durante los ensayos de la opera IL PICCOLO MARAT (1921), otra, en el Hotel Plaza de Roma, donde Mascagni había establecido su propio domicilio años atrás, poco tiempo antes de la muerte del Maestro.
Seguramente el momento de suprema felicidad para Pietro y Anna fueron los seis meses pasados en Castel Fleury, Bellavue, un suburbio de París. Mascagni alquiló esta casa bajo falsa identidad y se instaló con Anna para musicar la tragedia que el poeta Gabriele D´annunzio había escrito para él.
Si se analiza el material temático de la ópera, PARISINA (1913), una especie de ceremonia de colores otoñales, que dura más de tres horas y media, parece que hayan sido unos meses de auténtico aislamiento creativo y, en cambio, el epistolario mascagniano demuestra lo contrario. Durante tres de los seis meses la pareja recibió como huesped al propio D´annunzio, con el que Mascagni mantendrá una relación fraternal intensa y al límite de todo sentimiento, mientras le hace escuchar cada día al piano lo que ha compuesto por la noche, (la vena creativa de Mascagni era nocturna) y durante el verano a Emy, la hija adolescente del Maestro, que recoge muy bien el espíritu de estos días de charlas, juegos y jardines en su emocionante libro: “S´inginocchi la più piccina” (1936) .
Gran material para una película de Visconti, si este no hubiese sido tan cobarde para algunas cosas, (Mascagni coqueteó en un su vejez con el Fascismo de Mussolini, que luego rechazó), y tan snob para todo.
La ópera queda como la suma más madura y conseguida de las fuerzas creativas de Mascagni, sería también dedicada a Anna.
PARISINA
Tragedia Lirica en 4 actos de G. D´annunzio.
Nicolò d'Este: Benito di Bella
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El primer encuentro íntimo entre el entonces famoso compositor y la joven corista se recoge en una carta de él, fechada en Roma el 4 de Abril de 1910. Ella tenía 22 años mientras él 46. Si se ven las fotos de la época Pietro Mascagni conservaba su estupenda figura, su rostro masculino de facciones perfectas y sus ojos claros y expresivos, velados por cierto fulgor, “como el de las estrellas en una noche de verano”. En esa época el maestro atravesaba una crisis creativa, mientras trataba de escribir la ópera ISABEAU, (1911) inspirada en la leyenda de Lady Godiva, (se note que, en esta ópera el personaje del joven Folco se obsesiona con los ojos de la Princesa Isabeau, que cree haber visto en sueños y que al final, los suyos propios serán apagados por el pueblo furioso, tras haber contemplado los “misteri biondi” de la princesa durante la cabalgara de ella por la ciudad. Al verlo linchado, Isabeau se arroja a la maraña humana para ser herida de muerte. “fiori e tuoi occhi e tutto anche la vita. Amore, amore, amore”, cantan los dos amantes reunidos antes de morir). Tras el encuentro con Anna, Mascagni escribe casi toda la música de la nueva ópera en unas semanas pasadas junto a ella, a quien dedicará la partitura, (“A ti, Annuccia mia, ofrezco esta música inspirada de los ojos más profundos, nacida con nuestro amor divino, en el día que marca nuestro primer beso, nuestro primer llanto”).
Parece que Pietro Mascagni y Anna Lolli vivieron más de cartas que de cama. En los 35 años que van desde que se conocieron hasta la muerte de Mascagni se escribieron más de 5000 cartas. Estas se encuentran a disposición de los estudiosos del Maestro en un pequeño museo creado por el Párroco de Bagnara di Romagna, que presente además todos los recuerdos de Mascagni recogidos por ella en vida. Las mascagnianas suelen comenzar con la misiva “annuccia mia”, rodeada de los adjetivos más poéticos y las de ella “Amore mio santo”
Releyendo algunas de estas somos testigos de las “actividades culturales” de Mascagni, pero también sus obsesiones, exasperaciones efusivas sentimentales, que pueden resultar sublimes durante los estados creativos del Maestro, emocionantes durante los periodos de alejamiento, o adquirir tonos propios del género patético-cómico en los naturales momentos de crisis, (amenazas de desaparecer y la sombra de los celos en las de ella, ardientes frases y golpes de efecto propios de sus óperas en las respuestas de él, (a menudo se servía de los libretos de estas para expresarse). Parece ser que ella, consciente de vivir una relación difícil, intentó un par de veces de alejarse de Mascagni, incluso con el suicidio, saliendo siempre reforzada la relación, hasta estabilizarse definitivamente durante la Gran Guerra.
Desde entonces, Mascagni tuvo dos familias, cada una de las cuales sabía de la existencia de la otra. Pietro Mascagni, respetable figura pública, no quiso nunca separarse de su familia aunque no oculto su amor por Anna e incluso tuvo la complicidad de Emy, su hija, con la que Anna tuvo estrechos y largos periodos de contacto.
Donna Lina, que proclamaba orgullosa que solo ella lavaba la ropa interior de su marido, hizo todo lo posible para separarlos, sin conseguirlo hasta que, conociendo bien las debilidades de Pietro, (siempre habría de haber otra mujer), aceptó ser un vértice en el triángulo sentimental. Parece ser que las dos mujeres se encontraron una vez en 1921, durante los ensayos de la opera IL PICCOLO MARAT (1921), otra, en el Hotel Plaza de Roma, donde Mascagni había establecido su propio domicilio años atrás, poco tiempo antes de la muerte del Maestro.
Seguramente el momento de suprema felicidad para Pietro y Anna fueron los seis meses pasados en Castel Fleury, Bellavue, un suburbio de París. Mascagni alquiló esta casa bajo falsa identidad y se instaló con Anna para musicar la tragedia que el poeta Gabriele D´annunzio había escrito para él.
Si se analiza el material temático de la ópera, PARISINA (1913), una especie de ceremonia de colores otoñales, que dura más de tres horas y media, parece que hayan sido unos meses de auténtico aislamiento creativo y, en cambio, el epistolario mascagniano demuestra lo contrario. Durante tres de los seis meses la pareja recibió como huesped al propio D´annunzio, con el que Mascagni mantendrá una relación fraternal intensa y al límite de todo sentimiento, mientras le hace escuchar cada día al piano lo que ha compuesto por la noche, (la vena creativa de Mascagni era nocturna) y durante el verano a Emy, la hija adolescente del Maestro, que recoge muy bien el espíritu de estos días de charlas, juegos y jardines en su emocionante libro: “S´inginocchi la più piccina” (1936) .
Gran material para una película de Visconti, si este no hubiese sido tan cobarde para algunas cosas, (Mascagni coqueteó en un su vejez con el Fascismo de Mussolini, que luego rechazó), y tan snob para todo.
La ópera queda como la suma más madura y conseguida de las fuerzas creativas de Mascagni, sería también dedicada a Anna.
PARISINA
Tragedia Lirica en 4 actos de G. D´annunzio.
Nicolò d'Este: Benito di Bella
Ugo d'Este: Michele Molese
Parisina: Emma Renzi
Stella dell'Assassino: Mirella Parutto
Aldobrando Rangone: Ferruccio Mazzoli
La Verde: Mirna Pecile
La Fante: Mirella Fiorentini
1ª Doncella: Maria dalla Spezia
2ª Doncella: Mirella Fiorentini
3ª Doncella: Angela Rocco
1º Compagno: Teodoro Rovetta
2º Compagno: Giancarlo Vaudegno
3º Compagno: Ivan del Manto
4º Compagno: Guido Pasella
5º Compagno: Teodoro Rovetta
Orchestra: Symphonic orchestra of the RAI, Milano
Chorus: Chorus of the RAI, Milano
Chorus Master: Mino Bordignon
Conductor: Pierluigi Urbini
Place: RAI, Milano
Place: RAI, Milano
Date: October 9, 1976
Studio: Live Concert
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Cuando Mascagni vuelve al seno romano familiar, Anna se mudó a un pequeño apartamento de la ciudad, con su hermana y su sobrina, donde llevaba una vida reservada, casi de reclusa, a la espera de la visita de su amante o de una carta suya. Una vez que dejó el coro del teatro Costanzi, (hoy Dell´opera di Roma) se la podía ver a menudo en el teatro, cuando se representaba una ópera del maestro, presente en todas las temporadas, (hoy raramente se pueden escuchar sus óperas, a excepción de Cavalleria, aunque para octubre de 2008 se anuncian seis representaciones de la ópera AMICA, (1905).
Así pasaron 35 años, para ella su amante y Nume tutelare, para él su amada y confidente. A partir de la década de los 30 Anna, ya una madura y gruesa señora, pasa largar temporadas en Bagnara, de donde siempre regresa con pasta y dulces para su Pietro. Tras la muerte de Mascagni, en los días en los que el ejército Aliado liberaba Roma de la ocupación alemana, Anna volvió a su pueblo, donde llevó una vida oscura y discreta hasta apagarse en 1972.
Seguramente, él sigue mirándo esos inmensos ojos verdes…
NOTA: Se incluyen los links de registraciones sonoras de tres títulos Mascagnianos. De entre las pocas existentes, (dejando a parte Cavalleria), estas son mis favoritas, aunque presenten cortes importantes que desfiguran la obra y el sonido no sea siempre perfecto. Estas han sido colgadas por mí mismo en rapidshare.com, así que las podéis descargar fácilmente y gratuitamente y disfrutar.
Cuando Mascagni vuelve al seno romano familiar, Anna se mudó a un pequeño apartamento de la ciudad, con su hermana y su sobrina, donde llevaba una vida reservada, casi de reclusa, a la espera de la visita de su amante o de una carta suya. Una vez que dejó el coro del teatro Costanzi, (hoy Dell´opera di Roma) se la podía ver a menudo en el teatro, cuando se representaba una ópera del maestro, presente en todas las temporadas, (hoy raramente se pueden escuchar sus óperas, a excepción de Cavalleria, aunque para octubre de 2008 se anuncian seis representaciones de la ópera AMICA, (1905).
Así pasaron 35 años, para ella su amante y Nume tutelare, para él su amada y confidente. A partir de la década de los 30 Anna, ya una madura y gruesa señora, pasa largar temporadas en Bagnara, de donde siempre regresa con pasta y dulces para su Pietro. Tras la muerte de Mascagni, en los días en los que el ejército Aliado liberaba Roma de la ocupación alemana, Anna volvió a su pueblo, donde llevó una vida oscura y discreta hasta apagarse en 1972.
Seguramente, él sigue mirándo esos inmensos ojos verdes…
NOTA: Se incluyen los links de registraciones sonoras de tres títulos Mascagnianos. De entre las pocas existentes, (dejando a parte Cavalleria), estas son mis favoritas, aunque presenten cortes importantes que desfiguran la obra y el sonido no sea siempre perfecto. Estas han sido colgadas por mí mismo en rapidshare.com, así que las podéis descargar fácilmente y gratuitamente y disfrutar.