viernes, 14 de mayo de 2010

A UN MUCHACHO ANDALUZ


Te hubiera dado el mundo,
muchacho que surgiste
al caer de la luz por tu Conquero,
tras la colina ocre,
entre pinos antiguos de perenne alegría.

¿Eras emanación del mar cercano?
Eras el mar aun más
que las aguas henchidas con su aliento,
encauzadas en río sobre tu tierra abierta,
bajo el inmenso cielo con nubes que se orlaban de
rotos resplandores.

Eras el mar aún más
tras de las pobres telas que ocultaban tu cuerpo;
eras forma primera,
eras fuerza inconsciente de su propia hermosura.

Y tus labios, de bisel tan terso,
eran la vida misma,
como una ardiente flor
nutrida con la savia
de aquella piel oscura
que infiltraba nocturno escalofrío.

Si el amor fuera un ala.

La incierta hora con nubes desgarradas,
el río oscuro y ciego bajo la extraña brisa,
la rojiza colina con sus pinos cargados de secretos,
te enviaban a mí, a mi afán ya caído,
como verdad tangible.

Expresión armoniosa de aquel mismo paraje,
entre los ateridos fantasmas que habitaban nuestro mundo,
Eras tú una verdad,
sola verdad que busco,
más que verdad de amor, verdad de vida;
y olvidando que sombra y pena acechan de continuo
esa cúspide virgen de la luz y la dicha,
quise por un momento fijar tu curso ineluctable.

Creí en ti, muchachillo.

Cuando el mar evidente,
con el irrefutable sol de mediodía,
suspendía mi cuerpo
en esa abdicación del hombre ante su dios,
un resto de memoria
levantaba tu imagen como recuerdo único.

Y entonces,
con sus luces el violento Atlántico,
tantas dunas profusas, tu Conquero nativo,
estaban en mí mismo dichos en tu figura,
divina ya para mi afán con ellos,
porque nunca he querido dioses crucificados,
tristes dioses que insultan
esa tierra ardorosa que te hizo y deshace.

LUIS CERNUDA: "INVOCACIONES" (1934-1935)

domingo, 18 de abril de 2010

SALOME. Drama en un acto de Oscar Wilde (1892)


¡Ah! ¿Por qué no me miraste, Iokanaán?

Si me hubieras mirado, me habrías amado.

Sé que me habrías amado.

El misterio del amor es mayor

que el misterio de la muerte.

Sólo debemos mirar el amor.

(…)

¡Ah! He besado tu boca, Iokanaán,

he besado tu boca. Tus labios tenían

un sabor amargo . ¿Era el sabor de la sangre?

Tal vez era el sabor del amor.

Dicen que el sabor del amor es amargo.

Pero... ¿qué importa?

He besado tu boca, Iokanaán, he besado tu boca.

martes, 2 de marzo de 2010

POEMA Y FOTOGRAFÍA


“En mí sueño miraba una Z. Con la mano sobre la forma la sentí fría y metálica y palpándola ya ansiosamente un extraño peso me incitó a invertirla. Al instante se abrió ante mí una puerta y en la introspección solo ví oscuridad. Pero de repente fuí capaz de contemplarme a mi mismo proyectado en el otro espacio y con el corazón inquieto descubrí que de la mirada del niño solo había quedado una mueca en negativo. Derrotado me refugié en el recuerdo y sobre la forma levemente distorsionada se superpuso un objeto que creía perdido en el cajón de los juegos infantiles. Y me fascinó encontrarme con el corazón en paz contemplando”.E.F.L

Nota: La imagen es de Jorge Fuembuena Loscertales

POEMA


“Siempre has de estar embriagado. Lo demás carece de importancia. Esto es lo único importante. Si no deseas sentir el horrible peso del tiempo contra tus hombros aplastándote contra la tierra no dejes de estar ebrio. ¿Qué beber? Vino, poesía, virtud… según lo desees pero embriágate. Y si alguna vez despiertas en las escaleras de un palacio, en la verde ladera de un camino o en la angustiosa soledad de tú habitación y te sientes abandonado por la embriaguez pregunta al viento, a las olas, a las estrellas, a los pájaros al reloj, a cualquier cosa que levante el vuelo suspire, se mezcle, cante o hable, pregunta que hora es. Y viento, estrella, pájaros o reloj te contestará: ¡Es hora de embriagarse! ¡Embriágate si no quieres ser un mártir esclavizado por el tiempo! ¡No dejes de estar ebrio! A tú placer de vino, de poesía o de virtud”.


Charles Baudelaire: Poems en prose.