domingo, 18 de abril de 2010

SALOME. Drama en un acto de Oscar Wilde (1892)


¡Ah! ¿Por qué no me miraste, Iokanaán?

Si me hubieras mirado, me habrías amado.

Sé que me habrías amado.

El misterio del amor es mayor

que el misterio de la muerte.

Sólo debemos mirar el amor.

(…)

¡Ah! He besado tu boca, Iokanaán,

he besado tu boca. Tus labios tenían

un sabor amargo . ¿Era el sabor de la sangre?

Tal vez era el sabor del amor.

Dicen que el sabor del amor es amargo.

Pero... ¿qué importa?

He besado tu boca, Iokanaán, he besado tu boca.